lunes, 2 de septiembre de 2019

Eduardo de Guzmán y el Cincopuntismo

Fotograma del documental Eduardo de Guzmán, El Literato Anarquista de Chema Menéndez A. Febus.

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Antes de comenzar este artículo quiero comentar que la mayoría de la información que ofreceré procede en su mayoría de un riguroso y largo reportaje del profesor Francisco Gago Vaquero, titulado El cincopuntismo en los años 60 y 70, publicado en el número 12 de la revista Tiempo y Sociedad y en una menor cuantía de testimonios familiares, entre ellos mi tío abuelo Juan Ranz Conde que trabajó durante la segunda república en el diario Política, órgano oficial del partido de Manuel Azaña, miembro de las J.S.U. y de la 42 Brigada Mixta ya durante la guerra civil  y mi abuela Avelina Ranz Conde, miembro de la APM (Asociación de la Prensa de Madrid) durante la segunda república y desde los años 80 hasta su fallecimiento en 2008, esposa de Jaime Menéndez, “El Chato” (1901-1969), uno de los periodistas más relevantes del Madrid republicano que fue amigo y compañero de Eduardo de Guzmán Espinosa, otro gran reportero del Madrid republicano, vinculado al movimiento libertario que llegó a dirigir La Tierra y Castilla Libre.

Corrían los primeros años ochenta, yo era un arrapiezo de apenas 12 años, cuando un día paseando con mi abuela por la calle Atocha de Madrid nos cruzamos con el mencionado Eduardo de Guzmán. Se saludaron muy efusivamente con gran complicidad y comenzaron de hablar de temas relacionados con el reconocimiento oficial de los periodistas republicanos.

Una vez le dejamos, mi abuela me comentó que Eduardo de Guzmán era un hombre de categoría, compañero de mi abuelo, no solo como periodista sino también como preso político y adalid de lucha clandestina antifranquista, tanto desde la cárcel como al salir de la misma en los años 40 hasta la muerte del dictador.

Avelina Ranz Conde y Jaime Menéndez, "El Chato". Foto Agencia Febus.

Eduardo de Guzmán, era un hombre autodidacta, se forjó así mismo, publicó numerosos libros como, por ejemplo, Madrid Rojo y Negro, Biografía de Durruti, El Año de la Victoria (premio Internacional de Prensa, en 1975, en Francia), La muerte de la esperanza o Nosotros los asesinos y colaboró en prestigiosas publicaciones del ámbito republicano en los años 30, entre ellas La Tierra, Castilla Libre, ya mencionadas, La Libertad, CNT o frente libertario.  Y fue uno de los referentes anarquistas que siempre abogó durante la guerra por la unión de las izquierdas para luchar contra Franco. Al finalizar la contienda fue hecho prisionero en el puerto de Alicante y deambuló por varios campos de concentración, cárceles, centros de tortura, donde sufrió hambre, frío, calor, hacinamiento, palizas, enfermedades, etc. Al salir de la cárcel en los años 40 siguió luchando contra la dictadura en la CNT clandestina de Madrid mientras se ganaba la vida con sus novelas policíacas, del oeste, de terror, sus traducciones o sus guiones cinematográficos.


También en los años 60 Eduardo de Guzmán fue uno de los cenetistas clave en la lucha contra el régimen franquista, no en vano sufrió de nuevo varios episodios represivos por parte de la policía franquista y, por ende, fue igualmente uno de los hombres clave del proceso llamado cincopuntismo, debido a que uno de los primeros documentos firmados en dicho proceso tenía 5 puntos o apartados.
Pero qué era el cincopuntismo?

Eduardo de Guzmán, Largo Caballero, Wenceslao Carrillo, entre otros en el frente de Madrid durante la guerra civil.
Foto gentileza del libro "El Chato", miradas de una época.
Para entenderlo mejor vamos a hacer un repaso del contexto histórico sindical de la época.
En 1959 se produjo un cambio en la política económica de la dictadura franquista con el famoso Plan de Estabilización que trajo una apertura del sistema que hasta entonces había sido autártico, dicho plan provocó un crecimiento económico pero desequilibrado ya que la inflación aumentó considerablemente lo que causó un descenso del poder adquisitivo de la clase trabajadora esto provocó un importante flujo migratorio de muchos españoles a países del contorno europeo en busca de prosperidad y un resurgimiento de la clase obrera como tal que comenzó a protestar y a organizarse.
Las organizaciones sindicales históricas como UGT o CNT estaban muy diezmadas por la represión franquista aun así  continuaban su lucha clandestina pero no tenían fuerza suficiente lo que provocó el advenimiento de sindicatos nuevos, entre ellos el más relevante fue Comisiones Obreras que estaba prácticamente bajo la batuta del Partido Comunista de España y con la doctrina del Entrismo como base fundamental de acción, es decir, con la doctrina de infiltrarse en los Sindicatos  Verticales franquistas para hacer labor de zapa contra el régimen, entre los sindicalistas comunistas de ese sindicato destacaron Marcelino Camacho o Julián Ariza.

Esa acción de infiltración por los comunistas en el sindicato franquista propició que la CNT clandestina del interior tomase la decisión de hacer algo similar ya que, al igual que los comunistas, se percataron que la democratización del sistema debía comenzar en el ámbito sindical y también porque los cenetistas querían evitar que la doctrina comunista fuese la única representada pero sin entrar en “guerra” con ellos, incluso cooperando si era menester pero sin renunciar a los principios libertarios.

La acción entrista de la CNT para infiltrarse en el sindicato franquista se decidió tras una reunión clandestina entre los cenetistas Lorenzo Iñigo Granizo, Francisco Royano y Manuel Fernández con Adolfo Muñoz Alonso, director por aquella época del Instituto de Estudios Sindicales, y Manuel Lizcano, alto cargo del mencionado Instituto pero que mantenía a la par una fuerte actividad de lucha clandestina.

Hay que mencionar que antes de la reunión anteriormente citada la CNT interior fue consultada, la gran parte de los anarquistas clandestinos de Madrid tras reunirse en un local madrileño aceptó infiltrarse en el sindicato franquista. Poco después informaron a otros cenetistas de otras regiones que también en su mayoría aceptaron de buen grado los pasos dados.


En julio de 1965 se celebró en Madrid una de las reuniones más importantes del proceso cincopuntista entre representes del sindicato franquista, entre ellos Adolfo Muñoz Alonso, Antonio Chozas Bermúdez, Francisco Lapiedra o José Lafont Oliveras, y los representantes de la CNT, (muchos de ellos represaliados del franquismo): Francisco Royano Fernández (Sevilla), José Espí Reig (Alicante),  Enrique Marco Nadal (Valencia), José Marín Sánchez (Sevilla), Juan Ferrer Vilamala (Barcelona), Jaime Morancho Pronto (Barcelona),  Manuel Fernández Fernández (La Coruña), Natividad Adalia (Madrid),  Gregorio Gallego (Madrid), Luis Orobón Fernández (Madrid), Lorenzo Íñigo Granizo (Madrid) y Eduardo de Guzmán.

Tras esta hubo otras reuniones y la CNT interior mandó a Francisco Royano a Francia para que informase de todo el proceso a todos los cenetistas del exilio en una asamblea de la CNT exterior que tuvo lugar en Montpellier pero el secretario intercontinental de la CNT  exterior Germinal Esgleas pidió a Royano que en su intervención en dicha asamblea no hablase de los pasos dados por la CNT interior, esto provocó posteriormente una gran polémica ya que la CNT exterior realmente no había sido informada de dicho asunto y no era partidaria de ningún acercamiento al régimen puesto que no creía en la posibilidad real de cambio alguno hacia la democratización del sistema y empezó una campaña de acoso y derribo, que aun hoy continúa, contra todos los anarquistas que participaron en el proceso cincopuntista. Incluso en la prensa cenetista tildaron de traidores y fascistas a hombres como Gregorio Gallego o Eduardo de Guzmán que seguían sufriendo episodios represivos y habían pasado buena parte de su vida bajo la tortura y bajo las rejas franquistas por defender siempre sus ideales libertarios.

Eduardo de Guzmán y su compañera también anarquista Carmen Bueno.

Mientras se producían todas estas tomas de contacto entre cenetistas y representantes aperturistas del sindicato franquista la represión no cesó y detuvieron a muchos activistas izquierdistas, entre ellos a un buen número de cenetistas ya que los sectores más reaccionarios del régimen, comandados por el almirante Carrero  Blanco no eran partidarios de ningún tipo de aperturismo y allá por 1966 en un consejo de ministros dieron orden de poner fin con los contactos con la CNT.  Ese aumento de la represión provocó más críticas de la CNT exterior y sus órganos de prensa hacia los cincopuntistas.


Este fue el fin del proceso cincopuntista a partir de entonces hubo una división entre los cenetistas que habían participado en él. Una parte importante de ellos optó por actuar como lo había hecho Comisiones Obreras que usaba las elecciones a cargos representativos del sindicato franquista para infiltrar a sus hombres pues creían que era un mejor opción de debilitar al franquismo desde dentro.  Hay que decir que esta política de infiltración por parte de Comisiones Obreras y otras formaciones como USO contó con el total apoyo de sus respectivas organizaciones y partidos políticos clandestinos afines, por ejemplo, el partido comunista que, como ya hemos mencionado, apoyó en todo momento a Comisiones Obreras.

Los cenetistas que optaron por esa opción de Entrismo fueron: Lorenzo Iñigo Granizo*,  Francisco Royano Fernández, Enrique Marco Nadal, Josefina Arrillaga Lansorena, José Suárez Carreño, Bernardo Ruiz, Cecilio Rodríguez García, Rafael Rosillo Bermúdez, Jesús González Quesada, Manuel Macías, Juan Ferrer Villamala, Sebastián Calvo, Antonio Turón, Ladislao García Velasco, Rodolfo Guerra Fontana, Edmundo Valles Berdrix, Antonio Quito Seguí, Sebastián Martínez Serrano, José Cortés López, Francisco Liza, José Romero González, Manuel Ramírez Castillo, Juan José Izquierdo, Antonio Mallallo, Alfonso Fandiño Ricart, Manuel Vázquez Sampayo, Vicente Lillo y José Espí Reig. Tras este paso todos ellos abandonaron la CNT, formando una escisión cincopuntista.


Eduardo de Guzmán se mantuvo al margen de esta opción, siguió con su actividad clandestina en la CNT interior, muy diezmada, con sus novelas aunque en menor medida ya que la venta de estas descendió por la aparición de las series de tv y con sus guiones diversos para series de tv y películas del oeste con gran éxito como El Hombre de la diligencia, dirigida por José María Elorrieta y protagonizada por Frank Latimore, Nuria Torray y Jesús Puente. 

A Finales de los 60 y principios de los 70 Eduardo de Guzmán se centró en publicar libros más comprometidos, debido al aperturismo en los estertores del franquismo, entre ellos España entre las dictaduras y la prensa o los mencionados La muerte de la Esperanza o El año de la victoria y en colaborar en diversas publicaciones como Diario 16 o Triunfo.

Tras la muerte de Franco Eduardo de Guzmán siguió muy activo como cenetista, trabajó desinteresadamente para que todos los periodistas republicanos fuesen reconocidos oficialmente, colaboró en medios de referencia como Cambio 16, Villa de Madrid o El Sol y publicó muchos trabajos memorialistas, entre ellos Historias de la Prensa.
En 1991, el 25 de julio para ser más exactos, falleció Eduardo de Guzmán a los 82 años, su mujer y compañera anarquista Carmen Bueno continuó divulgando su legado allá por donde pudo hasta su muerte en 2006.

Como hemos visto el cincopuntismo dinamitó la CNT hasta el punto de llamar traidores a compañeros que, aunque cometieron errores, trabajaron con honestidad y buena fe, intentando hacer las cosas de otra manera para democratizar el sistema, siguiendo el camino abierto por los comunistas de Comisiones Obreras.
Que sensato hubiera sido para toda la CNT y, por ende, a todos sus hombres, dar por buenas las palabras del histórico anarquista Diego Abad de Santillán, entonces exiliado en Argentina, que en una carta apoyando con entusiasmo en proceso cincopuntista, escribió:

Si la resolución que habéis tomado en favor del diálogo cordial con todas las corrientes de pensamiento susceptibles de comprenderse y respetarse, las hubiésemos tomado 30 años atrás, probablemente el destino de nuestro pueblo habría sido muy distinto.

*se dio de baja de la CNT en 1962.

Chema Menéndez A. Febus con la trilogía de Eduardo de Guzmán.