Aladino Cuetos, Jaime Menéndez "El Chato" y sus respectivas mujeres: Florentina Suárez y Avelina Ranz. Foto Defouf, digitalización Agencia Febus. |
Ayer, por primera vez desde que tengo derecho a voto, fui a ejercerlo con una idea fija en la cabeza : honrar a los abuelos que defendieron la 2ª República. Honrar a los abuelos que dieron su vida por unos ideales, cimentados en la democracia, la cultura, la educación, los derechos sociales y la igualdad del pueblo. Entendí que era un momento especial y único. Un momento para coger su testigo. Un momento para votar en consecuencia. Un momento para reiniciar esa revolución ilustrada que comenzó aquel 14 de abril de 1931.
La derecha española, heredera de la derecha golpista y faccciosa que ganó una guerra civil, sin merecerlo, ayer, estaba dispuesta a seguir comandando los designios de este país con una forma de actuar que ha sido catalogada, incluso por The New York Times, de franquista.
En esta fotografía vemos a unos abuelos republicanos, representados por: Aladino Cuetos, periodista, director de Radio Tánger Internacional, colaborador del diario España de Tánger, Capitán del Ejército Popular de la República y preso político; Jaime Menéndez "El Chato", escritor, periodista, primer español redactor de The New York Times, director del diario El Sol, redactor del diario España de Tánger, Comisario Político de la 2ª República y preso político; Florentina Suárez, esposa de Aladino; y Avelina Ranz, esposa de Jaime. Ellas, mujeres sacrificadas, fueron las primeras en luchar contra la dictadura franquista para sacar adelante a sus familias, peleando con fuerza revolucionaria para que sus maridos presos pudieran sentir que no estaban solos. Ellas, desde sus atalayas, continuaban la lucha, una lucha a vida o muerte, para irles a ver con frecuencia, para llevarles comida, producto del estraperlo, un asunto que por el que le podían fusilar a uno, para llevarles amor y para llevarles fuerza. Fuerza para no perder la esperanza. Para no perder la esperanza de recuperar algún día la libertad, una libertad unida a todos los valores por los que lucharon.
Ayer, era un día para honrar a nuestros abuelos, era un día para pensar y preguntarse qué hubieran hecho ellos para evitar la situación política que nos está retrotayendo a tiempos del caudillaje. Sin duda a equivocarme, ellos hubieran votado a una izquierda nueva, una izquierda capaz de concitar todos los valores que ellos defendieron, una izquierda, actualizada y creadora, capaz de ilusionar y arrastar a los nietos.
A mi esa nueva izquierda me ha arrastrado, y veo que no he sido el único. Ese hecho, para mi histórico, me lleva a espetar: ¡Abuelos, hemos tradado un poco pero aquí tenéis vuestra revolución! ¡Aquí, tenéis (como diría The Nwe York Times) vuestra Spanish Revolution!
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